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martes, 30 de agosto de 2011

Pío Baroja


 Pío Baroja (1872 - 1956) 

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Pío Baroja y Nesi nació en San Sebastián. Estudió Medicina en Madrid, aunque terminó la carrera en Valencia. Llegó a Madrid para regentar la panadería de un familiar y en esta ciudad se dedicó por entero a la literatura y en ella terminará sus días. Fue elegido miembro de la Real Academia en 1934.


 Obra 

Pío Baroja es uno de los novelistas más importantes del 98. Su producción literaria está construida casi exclusivamente por novelas. Consciente de la transcendencia y complegidad de sus obras, el mismo Pío Baroja las clasificó basándose en un criterio cronológico:

- Antes de 1912. Etapa prolífica y variada. Escribe en estos años sus mejores obras: Camino de perfección (1902) y El árbol de la ciencia (1911). En ellas a través de sus dos protagonistas, construye arquetípicas etopeyas. También es la época de La lucha por la vida (trilogía), Zalacaín el aventurero(1909) o Las inquietudes de Shanti Andía (1911). Ésta última pasa por ser una de sus obras más interesantes. Por su año de publicación, es reconocida como ejemplo de tránsito entre las dos épocas.

- Después de 1912. Escribe desde ese año novelas de diferentes estilos y temática, entre las que señalamos la serie titulada Memorias de un hombre de acción, compuesta por veintidós obras.
La obra de Baroja también puede agruparse temáticamente en ciclos o trilogías. Los ciclos más destacados son:

· Tierra vasca: La casa de Aizgorri, El mayorazgo de Labraz; Zalacaín, el aventurero. 
· La vida fantástica: Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox; Camino de perfección; Paradox, rey.
· La lucha por la vida: La busca; Mala hierba; Aurora roja.

 Estilo 

Baroja considera la novela como un género abierto que admitía gran cantidad de técnicas diferentes. En cualquier caso, una característica común de las obras barojianas es que carecen de acción. Son, en cambio, novelas de personaje. Todo queda condicionado a un protagonista en torno a cuya biografía y evolución hacia un fracaso anunciado se construye todo lo demás. Los demás personajes, que a menudo se diluyen en el argumento, no son más que adornos estéticos. 

Su estilo es preciso, sencillo y sobrio. La sencillez aparente de su pluma, que en ocasiones puede resultar grosera, encierra, como sucede a veces, una medida elaboración. Es un virtuoso de la descripción impresionista y del diálogo, así como del manejo de un humor especialmente amargo. Abundan las frases cortas con escasa subordinación y el estilo conversacional. No empleó nunca demasiadas figuras retóricas.

Con todo, debemos indicar que su influencia ha sido decisiva en escritores posteriores de la talla de Camilo José Cela o Luis Martín Santos.

lunes, 29 de agosto de 2011

Miguel de Unamuno

 Miguel de Unamuno (1864 - 1936) 

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Nació en Bilbao y estudió Filosofía y Letras en Madrid. Ocupó la cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca, de la que fue rector en 1901. Sufrió destrierro en Fuenteventura y Francia por problemas con la Dictadura de Primo de Rivera. Fue diputado por la República. Murió en Salamanca. Unamuno está considerado como uno de los intelectuales más brillantes y profundos de nuestra cultura.

 Obra 

La obra de Unamuno representa no sólo una referencia fundamental del Grupo del 98, sino de toda nuestra literatura. El escritor vasco cultivó con acierto casi todos los géneros, desde el ensayo a la novela, sin descuidar la lírica o el teatro.

- Ensayos. En ellos reflexiona principalmente en torno a dos temas:
  • El sentido de la vida y el más allá: La agonía del cristianismo (1931) y Del sentido trágico de la vida (1913). Trata en estas obras el problema de Dios, el sentido agónico de la existencia, la  inmortalidad, etc., con un marcado tono existencialista.
    Muchas de las ideas de Unamuno destacan por su originalidad. Así, su pensamiento puede considerarse como antiprogresista, antitecnicista y antirracionalista. El escritor vasco no cree en el progreso o en la técnica, ya que no sirven para desentrañar el único misterio que interesa al hombre: la existencia de Dios o del más allá. La razón, incapaz de proporcionar felicidad, sólo arroja angustia sobre el hombre. Así, se plantea un conflicto irresoluble entre razón y fe ( "si el alma no es inmortal nada vale nada, ni hay esfuerzo que merezca la pena" nos dirá Unamuno). Y aparece Dios: un Dios deseado, pero indemostrable. La razón nos niega la esperanza, pero el corazón la busca con vehemencia. Más que creer, Unamuno quiere creer
  • La preocupación por España: En torno al casticismo (1895), Vida de Don Quijote y Sancho (1905) y Por tierras de Portugal  y España (1911)... Unamuno evoluciona desde un deseo de reforma y modernización del país (europeizar España) a una postura contraria, en la que acabará proclamando necesidad de españolizar Europa, ya que el progreso no sirve para alcanzar la única verdad que interesa al ser humano: ¿existe Dios? Proclama la necesidad de exportar la espiritualidad española. 
- Novelas. Se desarrollan los mismos temas citados. Dado que el autor le interesa, sobre todo, el conflicto interno de sus personajes, las novelas carecen, en gran medida, de planteamiento y desenlace.
Las novelas de Unamuno se parecen muy poco a las de su época. Algunas de sus características proceden de la narrativa contemporánea europea; responden al deseo de renovación de las formas literarias que caracterizó al Modernismo. La crítica del momento negó el carácter novelesco de algunas de estas obras. Por ello,  Unamuno las llamó nivolas.

Podemos clasificar su producción en tres momentos:

· Hasta 1897, año de su crisis religiosa más grave, que le supuso la pérdida de la fe y el inicio de sus conflictos religiosos y existenciales. Escribe entonces Paz en la guerra (1897), su primera novela y en la que desarrolla el concepto de intrahistoria, ideado por Unamuno para referise a los acontecimientos cotidianos y anónimos. Se trata de una etapa progresista y de ideología socialista. Tambien aparece la preocupación por la inmortalidad. Aún cree en la ciencia y en el progreso.

· De 1897 a 1914. Es una época de obsesión por el tema religioso. Se fragua en este momento el concepto negativo del progreso. Los temas fundamentales son la angustia, la lucha entre la razón y la fe, y la preocupación por la inmortalidad. 

· De 1914 - 1936. Es la etapa de sus principales novelas: Niebla (1914), La tía Tula (1921) y San Manuel Bueno, mártir (1933).